“Más acá” de la física

Curioso. En el segundo principio de la Termodinámica, una teoría de gran claridad y sencillez, enorme alcance y robustez, uno de los conceptos más sutiles de la Física, la Entropía, su parte más profunda y esquiva, puede tener una aplicación directa en las ideas diferenciadoras de la fábrica del futuro.

 width=La Entropía, en la energía y la teoría de la información, se define como una medida del grado de desorden, de desperdicio, de degradación y de posiciones cómodas y altamente probables. Y gracias a ella concluimos que los fenómenos físicos y lógicos y la información son reducibles a lo mismo; a estas últimas.

Su medida práctica puede hacerse de forma sencilla en base a probabilidades de ocurrencia (los estados mediocres son más probables y tienen por lo tanto mayor Entropía). Así, sus diferencias se pueden medir como la evolución de una variable aleatoria (en la figura) con la siguiente expresión: ds = -p(x) · log2 p(x) · dx, donde ds es la diferencia de Entropía, o también en términos energéticos,

como: ds = TdQ/T. El numerador es la energía aplicada al desorden, a errores que “lo aplanan todo”, y T (temperatura) representa el nivel energético actual. Ambos se pueden asociar respectivamente, a errores e imperfecciones en la gestión y al tamaño de una organización.

Así, las diferencias de Entropía entre distintos estados lo dicen todo. Hay una diferencia del mundo MACRO (el nuestro) al MICRO (partículas) debida a la carencia de información que de éste último tenemos. Esta diferencia no es natural, porque puedo salvarla explorando o gestionando. Y hay otra diferencia de lo MICRO a lo cuántico que es insalvable, porque el Mundo, en su último término, es caótico. Esta parte es normal y natural. Lo cuántico es incierto per se porque es infinitamente ágil. Agilidad e incertidumbre se dan, pues, la mano; “Es coherente resolver lo sorpresivo de forma ágil, pero el resultado será imprevisible, y entonces vuelvo a actuar con enorme agilidad, y así…”.Esta es justo la clave para competir en la fábrica del futuro, es más; es su esencia, y genera diversión y motivación.

En la fábrica del futuro me adapto al mercado y a sus exigencias anárquicas respondiendo con una forma exponencial, improbable, y destruyendo Entropía (es decir, haciendo ds negativa).

Puede, entonces, pensarse que si hago ligaduras en el modelo de organización de la fábrica del futuro, es decir, normas estrictas de operación, desembocaré en estados menos caóticos, más ordenados y con menos Entropía, que es nuestro especial enemigo. Pero esto no es así, porque al final, el funcionamiento día a día anárquico se va a dar, e intentar constreñirlo sólo creará rozamiento por todas las esquinas y, en consecuencia, mucha mayor S que la que intentaba evitar. Es como si quisiéramos matar el principio de incertidumbre de la mecánica cuántica restringiendo el movimiento de las partículas. Imposible; si fijo su posición, desconoceré su velocidad, y viceversa, y no es una cuestión de energía ni de gestión, sino de naturaleza. Me quedaría muy pronto sin mercado y sin personas válidas. Así pues, los modelos de organización deben ser, también, naturalmente simples y deformables.

Lo que, en cambio, sí puede hacerse es jugar con la información, pero en este contexto que acabo de describir, en el que la fábrica del futuro tiene todo su sentido, no puede hacerse de forma tradicional. No se va a tratar ni de proporcionar información “plana” y poco beligerante a las personas para que con ella decidan, ni de tomar las decisiones por ellas con una agresividad automática límite. Por el contrario, los modelos deben ser de simulación inteligente didáctica: aplicar Inteligencia Artificial para deducir modelos de comportamiento con los que formar a las personas y darles criterios para que ellas decidan de forma precisa, ágil y confortable, y apalanquen tecnología motivándose así con un conocimiento profundo del que estén orgullosos.

En la siguiente figura podemos verlo con claridad.

Lo que hemos hecho es, simplemente, intentar integrar en el conocimiento de las personas el que tienen los sistemas, pero en un idioma compatible caracterizado por ser matemático y didáctico a la vez. Al final, debe ser uno solo, y con ello, la Entropía es la mínima posible. El truco está en “no borrar información” (la información es la traducción del funcionamiento de una organización), y “destruir lo natural”, sino hacer que sea única, ágil, adaptable, robusta y, sobre todo, formadora de mentes profundas.

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Sin dudarlo, la fábrica del futuro se tiene que parecer a un caos controlado, pleno de iniciativas ingeniosas y ser así por concepto y por diseño, no porque pensemos que no hay otro remedio.

Es curioso que, hasta tal punto llega la relación entre una organización industrial y la Entropía, que una mejora radical en la primera es difícil simplemente porque lo que está haciendo es ordenar algo de repente y, por lo tanto, es improbable.


(Mucho que aprender de la Entropía en la organización avanzada de la fábrica del futuro)

Javier Borda Elejabarrieta, Dr. I.I., Msc. en modelos matemáticos y MBA; Presidente de Sisteplant. Profesor de la ETSII de Bilbao (Aula Aeronáutica) y de la URJC, (logística para Defensa).


 

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