Inteligencia tecnológica más papel de las personas

Inteligencia tecnológica * Papel de las personas = Placer intelectual

Por qué invertir hoy en el conocimiento que se hará imprescindible en el futuro. Y además, cómo será ese conocimiento y cómo conseguir que genere valor.

Son preguntas que hacen poner sobre la mesa la importancia de predecir y trabajar en cómo será la inteligencia a aplicar en las fábricas en el futuro. Al igual que el análisis del VAN nos ayuda a estimar los flujos de caja futuros descontados al valor de hoy para saber si una inversión es rentable, lo mismo se podría establecer con un ejercicio de “discounted knowledge”: traer hacia hoy (descuento hacia atrás) el tipo de inteligencia que tendrá lugar en un futuro y que hará rentables las inversiones que desde hoy se hagan en su desarrollo.

Hay dos tipos de conocimiento que conviven en cualquier entorno: algorítmico y heurístico.

  • El conocimiento algorítmico se basa en la aplicación de un algoritmo conocido para buscar una solución. Consiste en aplicar una serie de pasos e instrucciones que llevan a una única solución.
  • El conocimiento heurístico por el contrario, no parte de un algoritmo y requiere
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    Ilustración 1

    experimentar con posibilidades y deducir una solución nueva ya que ésta es desconocida.

 

El concepto de fábrica del futuro va ligado a una inteligencia tecnológica que conlleva una progresiva evolución de mayor número de tareas que requieren de conocimiento heurístico, reduciendo el algorítmico (Ilustración 1). El día a día de cualquier trabajador (a todos los niveles) va a tener mayor contenido de tareas que supondrán un reto técnico para su ejecución y que requerirán ser resultas con un conocimiento avanzado y casi “desarrollado por primera vez”. Porque las tareas algorítmicas son repetibles y por tanto fácilmente “copiables”, mientras que en la propia sutileza de lo heurístico se encuentra el valor diferencial y el modelo de sostenibilidad.

Durante años, la mejora en las fábricas ha estado centrada en la optimización de tareas algorítmicas – mejoras de proceso basadas en la estandarización y estabilización, automatizaciones y capitalización del conocimiento en TICs que ayudan a su gestión. Si bien sigue siendo útil y necesario, en la fábrica del futuro es insuficiente y debe ser complementario a optimizar el valor en lo heurístico, estableciendo un entorno donde se desarrolla la inteligencia tecnológica de forma articulada y planificada (retos tecnológicos) y con el soporte de TICs que creen modelos que ayuden a  entender y predecir el comportamiento de los procesos y los activos.

Se está pasando de un modelo de empresa donde el recurso escaso era el capital, al próximo donde el recurso escaso es claramente el conocimiento. Sólo el 30% del crecimiento laboral actual (*[1]) procede de trabajos algorítmicos, mientras que el 70% procede de trabajos heurísticos. Pero también es verdad que nunca ha existido una escasez de talento cualificado tan alto: tanto las vacantes no cubiertas como el nivel de desempleo crecen, lo que sugiere que las capacidades demandadas no se encuentran ni dentro de la fábrica ni en el mercado (“talent mismatch”).

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Ilustración 2

¿Y cómo encajan las personas por tanto en esta fábrica del futuro? Al igual que hay tareas algorítmicas y heurísticas, existen personas con una conducta extrínseca (orientadas a realizar tareas algorítmicas) y otras con una conducta intrínseca (más orientadas a tareas intrínsecas). El modelo actual de empresa presenta un desalineamiento entre tareas y conductas que es imprescindible romper para hacer posible la fábrica del futuro; es necesario por tanto un proceso de cambio cultural progresivo pero radical a todos los niveles (Ilustración 2):

 

  1. Inmediato: reubicación de las personas en el cuadrante adecuado a su conducta actual.
  2. Escalonado: articular su transferencia progresiva mediante retos tecnológicos avanzados.

Las personas con conductas intrínsecas realizando tareas novedosas (heurísticas), se encuentran alimentadas y motivadas por la satisfacción inherente a la propia actividad; sienten un placer intelectual que les motiva y compromete con lo que se hace.

Y lo que es más importante de entender aún: la conducta de tipo intrínseca no es innata y por lo tanto, es desarrollable, ya que son rasgos universales que parten de necesidades humanas. Todas las personas a todos los niveles de la compañía tienen capacidad de desarrollar su potencial intelectual intrínseco muchas veces latente.

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En consecuencia, es necesario establecer un entorno de fábrica donde se promueva el desarrollo de una mentalidad científica en las personas asociadas a los procesos y activos:

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Ilusttración 3

motivación por el aprendizaje, experimentar-comparar-demostrar, la fábrica como laboratorio, noción de causa-efecto, evidenciar conocimientos adquiridos y desarrollo de estándares.

Hacer esto factible de forma sostenible, pasa por programar y prediseñar a priori ciclos de mejora estructurados (Ilustración 3) alrededor de mejoras drásticas que supongan en su ejecución un reto y que vayan de la mano de herramientas software para poder apalancar el know-how adquirido. Dicha metodología estructurada asegura el óptimo equilibrio entre actitudes, dinamismo, análisis detallado, resultados a corto y apalancamiento de los logros; y en eso se basa Tecnoiplant.

Por tanto y respondiendo a la pregunta del principio, ¿es rentable invertir en este nuevo modelo de inteligencia tecnológica que requiere la fábrica del futuro? No sólo rentable, sino que más bien imprescindible de abordar. Y como consecuencia, establecer un nuevo paradigma que rompa con el actual: de una economía de costes a una economía de conocimiento (Tabla 1).Inteligencia tecnológica+Papel personas_foto5

 

 

 

 

 

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